Cuando sientes ese aroma que dará vida a un espacio, o ese sonido que te recuerda a un lugar. Posiblemente estás recordando un lugar con la vibración ideal. Y no necesariamente lo hippie que suena "la vibra" de un espacio; sino literalmente medible con tecnología, las ondas vibratorias que tu cerebro puede percibir y entonces sentir algo.
A veces ese "algo" que sentimos al entrar a un lugar es pesadez, irritabilidad, etc. Pero seguramente también has llegado a ese lugar que lo que te da es armonía.
Como interiorista, también me dedico a crear espacios que contendrán momentos.
Momentos íntimos, especiales, profundos que buscan transformar realidades.
Viviendo en una de las ciudades más intensas del mundo, como es CDMX, buscaba un refugio, donde la naturaleza me envuelva y me deje olvidar todo lo exterior. Así empecé a compartir mis sesiones de acompañamiento en el bosque de Chapultepec, que es un lugar muy especial. Se convirtió en mi oficina, consultorio, jardín de juegos, salón de yoga, etc. Pero desafortunadamente noté que no es un lugar contenido, hay todo tipo de energías, personas pasando a todas velocidades, vendiendo cosas, a veces gritando, fumando o escuchando música de todos los ritmos; y así mismo, llueve gran parte del año, impidiendo la libertad de horarios que yo necesitaba, la tranquilidad para estar totalmente presente y sentirme segura a cada instante.
En fin, tuve las razones necesarias para poner la intención de crear un espacio para contener mi trabajo. El cual requiere la privacidad para expresar, comodidad para a veces bailar y a veces soltar todos los músculos del cuerpo en una relajación profunda.
Pero la necesidad más importante es conectar, con el alma de cada ser que entre al espacio.
Conectar con la presencia y dejarte absorber por todos los sentidos.
Así poniendo la intención en el aire, llegó ese espacio cerca de mi casa, con luz natural como yo lo quería, y con trabajo de muchas manos en un mes o un poco más, puedo decir que hoy tengo ese lugar, al que amo llegar, a escuchar el sonido del agua, ese aroma a jazmín y quitarme los zapatos para rodar en los tapetes y cojines si es necesario.
Desde aquí escribo esto, y desde aquí pasa la magia.
De acompañar seres a transformarse en su mejor versión, compartiendo momentos de expresar, de llorar, de abrir el corazón. Sintiéndose en casa, acompañados y abrazados.
Gracias a todas esas personas que dan vida a la intención de este lugar. Permitiendo que seamos una comunidad equilibrada, con la opción de refugiarnos en esta burbuja de paz.
Donde ese té sabe mejor, donde un vasito de agua se respira profundo. Aquí también tenemos la botica, que constantemente se actualiza con plantas y aceites medicinales, lo más básicos y conocidos por todos, encontrando aquí ese te de manzanilla o bugambilia; miel de abeja, aceite de coco, cacao o agua de mar. Listos para dar el apapacho personalizado que cada alma merece.
Cuidando los detalles, todos podemos limpiar la pesadez de un lugar, el lugar donde pasamos más tiempo, por ejemplo.
La invitación está abierta. Para que tú notes los detalles que definen las sensaciones que tienes cada día, desde que despiertas hasta vuelves a cerrar los ojos
Pregúntate a ti mism@, ¿Qué colores ves? ¿qué aroma tiene mi espacio? ¿qué podría ser mejor?
Haz en tu agenda tiempo para renovar, no necesita representar un gran gasto, muchas veces lo más útil es deshechar cosas.
Que cada parte de tu espacio sea útil, bella y te llene de lo que necesitas. Luz, materiales, funcionalidad, en fin.
Me encantará compartir este espacio contigo.
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